
Aquí transcribo un texto que redacté el año pasado. La situación de verdad pasó y fue así de especial. Gracias Vida por ese momento tan bonito!
"Caminaba apurada, como siempre, por costumbre, aunque no iba atrasada a ninguna parte.
Algo por sobre mi cabeza se movió y llamó mi atención. Era un pomponcito blanco, una plumita como las de los polluelos, que flotaba en el aire a unos tres metros del suelo.
Al verla mágicamente suspendida allí algo pasó, me sentí como una niñita. De pronto todo pareció aletargarse y silenciarse alrededor, los vendedores ambulantes de calle Puente, el humorista frente a la Catedral, el barrendero, los taxis por Monjitas, las gentes hablando por celular, los turistas en la Plaza … y quedamos sólo yo y la plumita, que seguía a la misma altura, bailando en el aire, haciendo caso omiso de la gravedad. Tal vez las ventilaciones del Metro y sus emanaciones repentinas la mantenían danzando, o era la exhalación antigua y sabia de ese pavimento infinitamente transitado, quién sabe… pero ahí permanecía ella, sutil, fantasmal, etérea.
No sé si pasó un segundo o media hora, fue extraño, hasta que la pluma bajó repentinamente y quedó a mi alcance. Estiré la mano para tomarla, pero no me atreví a hacerlo… ¿y si al poseerla dañaba su maravillosa delicadeza y truncaba su vuelo? Sólo la dejé rozar mis dedos en su viaje descendente, y fue recién entonces que me volví a sentir rodeada por Santiago, todos estaban de nuevo presentes, con el conocido y sabroso ajetreo del Centro.
En ese momento me vi a mí misma ahí parada, estática, sonriente, con la mano estirada, y a la plumita que ya estaba por llegar al suelo… y luego lamentablemente regresó a mí la mujer adulta: la posibilidad de haber sido vista en aquel trance me produjo cierta vergüenza.
Retomé mi camino igual de apurada, pero admito que ya no pude esconder mi sonrisa infantil."
gracias. me ayudo a recordar mis momentos de magia y de niña
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