17/6/10

Plumita...


Aquí transcribo un texto que redacté el año pasado. La situación de verdad pasó y fue así de especial. Gracias Vida por ese momento tan bonito!
"Caminaba apurada, como siempre, por costumbre, aunque no iba atrasada a ninguna parte.
Algo por sobre mi cabeza se movió y llamó mi atención. Era un pomponcito blanco, una plumita como las de los polluelos, que flotaba en el aire a unos tres metros del suelo.
Al verla mágicamente suspendida allí algo pasó, me sentí como una niñita. De pronto todo pareció aletargarse y silenciarse alrededor, los vendedores ambulantes de calle Puente, el humorista frente a la Catedral, el barrendero, los taxis por Monjitas, las gentes hablando por celular, los turistas en la Plaza … y quedamos sólo yo y la plumita, que seguía a la misma altura, bailando en el aire, haciendo caso omiso de la gravedad. Tal vez las ventilaciones del Metro y sus emanaciones repentinas la mantenían danzando, o era la exhalación antigua y sabia de ese pavimento infinitamente transitado, quién sabe… pero ahí permanecía ella, sutil, fantasmal, etérea.
No sé si pasó un segundo o media hora, fue extraño, hasta que la pluma bajó repentinamente y quedó a mi alcance. Estiré la mano para tomarla, pero no me atreví a hacerlo… ¿y si al poseerla dañaba su maravillosa delicadeza y truncaba su vuelo? Sólo la dejé rozar mis dedos en su viaje descendente, y fue recién entonces que me volví a sentir rodeada por Santiago, todos estaban de nuevo presentes, con el conocido y sabroso ajetreo del Centro.
En ese momento me vi a mí misma ahí parada, estática, sonriente, con la mano estirada, y a la plumita que ya estaba por llegar al suelo… y luego lamentablemente regresó a mí la mujer adulta: la posibilidad de haber sido vista en aquel trance me produjo cierta vergüenza.
Retomé mi camino igual de apurada, pero admito que ya no pude esconder mi sonrisa infantil."

1 comentario:

  1. gracias. me ayudo a recordar mis momentos de magia y de niña

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