5/2/09
Mi Dieta
Soy muy buena comensal, desde la adolescencia que lo he sido. Dejando fuera los años que estuve en tratamiento por lo de la Insulina cuando debía seguir una dieta que me restringía ciertas cosas, suelo comer abundantemente, de todo un poco, a cualquier hora, incluyendo legumbres, productos del mar, comida chatarra, frutas, carnes, verduras, chocolates, pastas, repostería, lácteos, frituras, etc, etc.
Soy mala para hacer ejercicio, siempre lo he sido. No es algo que desee hacer, y lo evito siempre que puedo.
Soy bastante delgada, casi siempre lo he sido. Incluso como Insulino-resistente (que suelen ser personas rellenitas), fui un caso difícil porque el bajar de peso no me habría ayudado en nada, más bien me habría hecho daño.
La clásica pregunta de “¿Cómo lo haces para estar flaca?” era algo que no tenía la menor idea de cómo responder, ningún examen de los muchos que me he hecho ha detectado que tenga algún metabolismo especial.
Ahora, con una visión distinta de la vida y de la salud, creo que puedo acercarme a comprender mi peso, no es algo científicamente extraño, y pienso que depende de 2 aspectos fundamentales:
1.- Como disfrutando el sabor de cada cosa, como con ganas, relajada, jamás pienso en las calorías ni me siento culpable por comer algo. El acto de comer y mi peso corporal son temas que en mi cabeza no tienen ninguna relación el uno con el otro. Soy feliz y agradecida cuando como. Envío mi Gratitud y reverencia a cada vegetal y animal que se sacrificó para que yo me nutriera, y a cada trabajador que hizo posible que llegara a mi mesa lo que me estoy sirviendo.
2.- Me miro al espejo sin miedo. Y cuando lo hago, aunque ande hecha un mamarracho, siempre busco algo de mi apariencia que me guste como es. Puede ser algo muy pequeño como una peca, un ricito de mi pelo, el color de mis pantalones, lo abrigador de estos zapatos, el largo de mis uñas… lo que sea, pero lo miro, lo disfruto, me sonrío a mí misma, me piropeo y agradezco por eso de mí que me gustó hoy.
Con base en la Ley de la Atracción, debo concluir que al No pensar en que lo que coma o haga pueda afectar mayormente a mi peso, entonces No atraigo subir kilos por mucho que ingiera o por muy poco ejercicio que realice. Al disfrutar comiendo, hago además que vengan a mí más situaciones en las que puedo comer cosas ricas, nutritivas, light o grasientas, dulces o saladas… todas deliciosas! Asimismo, al estar contenta por cositas de mi apariencia, solicito al Universo que me envíe y muestre más características de mi imagen por las que estar agradecida y feliz, y eso aporta a mi delgadez.
Ese es mi gran secreto, mi dieta milagrosa: la No-Dieta! Sólo disfrutar de verdad al comer y quererse sinceramente frente al espejo.
Te invito a pensarlo un poco!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios!